Tras las reuniones mantenidas con el intendente Martín Pérez y concejales de la ciudad, la Cámara de Comercio de Río Grande se puso a disposición para hacer su aporte, ante la crisis que se avecina a fin de año si caen cuatro mil puestos de trabajo. El referente de los almaceneros Luis Schreiber cuestionó que los pocos fondos que ingresan a la provincia para el desarrollo de proyectos van a Ushuaia, cuando el 85% de los fondos del FAMP los aporta la zona norte. “Cuando se tiene que desarrollar algo para Río Grande no sale”, manifestó, y reclamó al gobierno, intendente y los legisladores que dejen de lado las diferencias partidarias para trabajar en conjunto.
Río Grande.- Luis Schreiber, referente de los almaceneros de Río Grande e integrante de la Cámara de Comercio hizo un balance de las reuniones mantenidas con el intendente Martín Pérez y concejales de la ciudad, en las que se expusieron las diferencias en la distribución de fondos para el desarrollo de proyectos, entre la zona norte y la zona sur.
“Estamos muy asustados por la pérdida inmediata de puestos laborales a fin de año. Lo tomamos muy en serio y el tema que nos convocó fue ese. También se habló de que siempre queda rezagado Río Grande. Los primeros proyectos del FAMP que hay no son para Río Grande, cuando el 85% de los fondos los aporta Río Grande”, expresó por Radio Provincia.
Consultado acerca de cómo avizoran el próximo año si se concretan los despidos por la eliminación de aranceles, planteó que “con que caiga la mitad de puestos de trabajo que dijeron, que caigan cuatro mil puestos, va a ser un tema gravísimo para la ciudad en su conjunto, porque esa gente es la que gasta en todos los comercios y la que genera más fuentes laborales también. Se va a ver afectada la economía en general en todo Río Grande”, advirtió.
Se habla de la pérdida de 23 mil millones de pesos de circulante, entre el impacto de los despidos y la caída de las empresas que prestan servicios a las fábricas. “Eso dejaría de circular en la ciudad y la situación es muy grave. Se está tomando todo a la liviana, y vimos lo que pasó con las notebooks. Sabemos que nos mienten y que el celular no va a bajar. Se va a ver beneficiada una sola marca, que en realidad no va a bajar tanto. Dicen que todo el mundo va a poder comprar hasta tres celulares, pero el mercado ya está casi saturado”, planteó.
A esto se suma el despido de 500 trabajadores de YPF, muchos de los cuales van a dejar la provincia. “Siempre impacta en la zona norte y, cuando buscamos fondos para desarrollarnos, todo aparece para Ushuaia y no para la zona norte. Así no podemos desarrollar nada, porque nunca están los fondos. Todavía estamos esperando un puerto desde que se creó el aeropuerto internacional de Ushuaia. Desde el 2008 están hablando del puerto seco en Río Grande, para que los contenedores no bajen en Ushuaia sino que se trasladen acá, ya que son la mayoría de las empresas de Río Grande las que los ocupan. No pudieron lograr eso y debería haber un mea culpa. Cuando se tiene que desarrollar algo para Río Grande no sale. Estamos hablando de un puerto seco, que es un alambrado y un galpón”, subrayó.
“Desde la Cámara de Comercio lo que se está planteando es activar todas las fuerzas políticas y las fuerzas públicas y ponerse a trabajar en conjunto. Hay que empezar a cuestionar esto de manera fuerte, porque estamos todos medio dormidos y, cuando queramos acordar, vamos a tener el problema encima”, adelantó.
Hubo un reclamo concreto al gobernador Melella y a los legisladores de Río Grande. “En Ushuaia reclaman que hace rato que no tienen un gobernador que sea de Ushuaia, pero no lo necesitan, porque se van allá y se hacen de allá. No hablo solamente del gobernador sino de todos en su conjunto, incluidos los legisladores, porque nunca se logró nada para acá, el 90% va para Ushuaia y el 10% para Río Grande”, comparó.
Caída de consumo
Por otra parte graficó la caída del consumo en la zona norte y el cambio en la modalidad de compra. “Ha caído mucho y sobre todo ha caído la metodología de compra. Antes la gente compraba un kilo de churrasco, un kilo de milanesas, un kilo de picada, hoy piden dos zahanorias, una cebolla. En el Concejo Deliberante comenté que tenía diez gaseosas de la marca más conocida, que me dejan 500 pesos cada una y hoy vendo la marca más barata, que me deja menos de la mitad, mientras que tengo costos muchísimo más altos. Un alquiler que se pagaba 200 mil pesos a fin de año se está pagando 600 mil, 800 mil. Yo pagaba 50 mil pesos de luz y hoy está en 500 mil. El gas se pagaba 8 mil y está en 50 mil”, detalló.
“Las obras sociales, las prepagas, ya no se pueden sostener y ya tenemos una edad donde no nos toman en ningún lado y tampoco nos jubilamos para contar con el PAMI, que también está en la ruina”, apuntó.
“Ahora se aproxima otro aumento más y se tienen que poner de acuerdo para trabajar en conjunto el gobernador con los intendentes para ver qué pasa, e ir a golpear donde mueven las cosas, porque ya no se puede más”, se quejó.
“No sé si la clase política está adormecida pero veo que no se ocupan de muchos temas por los que deberían preocuparse. No calculan lo que están sufriendo las personas. Se tienen que sacar la camiseta del partido, porque el gobernador es de todos, el intendente es de todos, y tienen que ir todos juntos. Después arreglarán su problema partidario pero, si no van todos juntos, esto no se va a arreglar. Si cada uno busca sacar rédito para las próximas elecciones, la que va a perder es la gente”, sentenció.
“Hoy la gente compra como puede, cada vez se ven más tarjetas y menos dinero en efectivo. Ya cambiamos la metodología de trabajo cuando vino la pandemia, que se empezó a trabajar con menos efectivo. El efectivo se ve cada vez menos. Todavía no cobramos lo que el vecino consumió y ya nos descuentan todos los impuestos, el impuesto al cheque, el impuesto a Ingresos Brutos. Antes no impactaba porque por ahí era el 30% de las ventas, pero hoy es el 80%. Un día que toca feriado largo, la venta en débito se cobra en más de una semana. Para cobrar una venta con tarjeta de crédito son veinte días. También tenemos la libreta del almacenero pero nos tenemos que cuidar mucho, no porque no confiemos en los vecinos, sino porque no sabemos si va a seguir teniendo trabajo o no”, explicó.
“Estar así es triste y es difícil. Uno tiene que vivir de otra manera, no se puede vivir así. Yo tengo comercio hace 35 años. Si me acuerdo de otro momento malo era en la época de Menem, con el uno a uno. No teníamos inflación pero nadie tenía un peso. Había una desocupación altísima y hoy lo que nos falta acá es la desocupación, pero ya vamos a tener de todo. Yo tengo dos empleados porque es un mercadito chico de barrio y con eso nos arreglamos, pero hay comercios que la están pasando difícil. Ya empiezan con acortar las horas y la gente lo acepta porque es preferible mantener el trabajo”, sostuvo.
“Los impuestos municipales también están altos, pero tenemos una ventaja porque si no los pagamos no lo cortan, como la luz o el gas. El reclamo del gas el año pasado quedó en la nada, por eso pedimos un compromiso fuerte para desarrollar políticas que se enfrenten al Estado nacional y hagan un reclamo justo y fuerte, para que presten atención, porque parece que no le entra ni una bala al Estado nacional”, lamentó.
Lo cierto es que la Cámara de Comercio se puso a disposición de todos. “Tenemos gente muy valiosa que sabe de muchas cosas y pueden aportar. Buscaremos a los mejores de nosotros para que puedan ayudar. Tenemos que ir todos los de Tierra del Fuego juntos y sería bueno todos los que se puedan agregar. El problema está en toda la Patagonia y sería bueno que se pongan todos los patagónicos a trabajar en conjunto”, concluyó.