“Soy de una generación de militantes, que se jugaba no solamente la libertad sino la vida”

El referente del alfonsinismo Luis “Changui” Cáceres encabezó dos jornadas de debate consecutivas en la provincia, el miércoles en Ushuaia y ayer en Río Grande, para debatir sobre democracia y el futuro del partido. Fue crítico de la conformación de la alianza Cambiemos, con fines netamente electoralistas y sin participación real de la UCR en la toma de decisiones. “A partir del 10 de diciembre el radicalismo tiene que recuperar plenamente su identidad y funcionar como UCR, con su conducción como partido, y su conducción en el bloque de diputados y senadores”, planteó.

Río Grande.- El dirigente histórico del alfonsinismo, Luis “Changui” Cáceres, visitó ayer los estudios de Radio Universidad 93.5. En el marco de la recorrida que viene realizando por distintas provincias argentinas, encabezó dos jornadas de debate consecutivas, el miércoles en Ushuaia y ayer en Río Grande, para hablar de democracia y del futuro de partido.

El dirigente histórico del alfonsinismo, Luis “Changui” Cáceres, visitó ayer los estudios de Radio Universidad 93.5.

Lo acompañaron referentes de la lista 2, que compite en las internas del domingo para la renovación de autoridades de la UCR fueguina, entre ellos Elisa Dietrich, también Nancy Giménez, Dalila Nora, Francisco Ampuero y Jorge Alberto Fusari. La jornada de debate en Río Grande se hizo en la sede de Córdoba 650. “No la pudimos hacer en el partido porque cuando se presentaron todas las notificaciones nos dijeron que no era conveniente, entre otras cosas, así que no lo pudimos hacer en el comité, por eso se hizo en la sede de Militancia Radical”, explicó, destacando la importancia de reflexionar sobre “la historia del radicalismo y el horizonte al que tenemos que caminar para tratar de que este partido histórico se renueve y vuelva a aparecer la mística”.

Por su parte Cáceres se definió “muy crítico desde antes de la conformación de Cambiemos, señalando lo que iba a suceder si se hacía lo que se terminó haciendo. Yo creo en la búsqueda de denominadores comunes para definir políticas de Estado y superar momentos difíciles, pero eso se trabaja de partidos a partidos. Cuando el acuerdo es por una coyuntura electoral, sin discusión previa de programas, orientada hacia un partido político y no a una convocatoria amplia para discutir cómo salimos, es como empezar a construir un edificio poniendo mal los cimientos. Después es muy difícil poder acomodarlo”, sostuvo.

“El partido ha participado de un acuerdo electoral y lo que ocurrió es que ganó el PRO y gobernó el PRO. No tuvo que ver con un cogobierno porque no hubo programa ni discusión de políticas fundamentales que debieron haberse dado. Además en un cogobierno no sólo se discuten programas sino espacios, antes de la contienda electoral”, observó.

Para Cáceres hubo incorporaciones de radicales pero en forma individual. “El partido nunca estuvo en el gobierno ni formó parte de las decisiones políticas que se tomaban. A partir del 10 de diciembre creo que el radicalismo tiene que recuperar plenamente su identidad y funcionar como UCR, con su conducción partidaria y su conducción en el bloque de diputados y senadores. Frente a cada ley puntual buscará coincidencias con el resto del espectro político, sea el PRO, el PJ o el que sea. Si no, cometerían un enorme error desde la cúpula de la UCR, que desde hace tiempo viene pregonando democracia de la boca para afuera, pero la viene degradando y dejando de practicar hacia adentro del partido”, cuestionó.

“Hay provincias donde se ganaron cuatro o cinco veces consecutivas las elecciones y parecía que el radicalismo era imbatible, pero hoy somos prácticamente inexistentes. Esto quiere decir que se vienen haciendo mal las cosas, y esto se da por un proceso que arrancó en la década del ’80 con el neoliberalismo, y avanzó haciendo pie en buena parte de los países europeos, en Estados Unidos, y que ha avanzado significativamente en América Latina. En América Latina se ha dado la conjunción de dos elementos explosivos, la concepción neoliberal que tiende a la desaparición de los partidos políticos, ayudada por la inoperancia de los políticos y de los partidos para entender y dar soluciones a los problemas y reclamos que tiene la gente”, dijo.

“Este país tiene todo para garantizarle a su gente y terminamos en una situación crítica como esta. A partir de los errores y las omisiones, nosotros hemos generado el purgatorio en el que estamos en este momento, y no tenemos derecho a dejarle este país a las generaciones que vienen”, subrayó.

“Mi generación es una generación de militantes, y el contexto es muy diferente al actual. Uno se jugaba no solamente la libertad sino también la vida, y esto se hacía desde la más profunda convicción. La militancia fue derivando en el empleo, que es otra cosa. La militancia sale de lo que se piensa y lo que se siente, y el empleo sale del conchabo y la dependencia que eso genera, con el acotamiento de la libertad del individuo. También hay otra parte de la juventud que, al no encontrar una canalización que lo satisfaga dentro de un partido político, ha tomado el camino de las ONG. En las ONGs se puede solucionar el problema puntual del hambre de 90 chicos, de 130 chicos, pero lo que realmente importa solamente se puede hacer desde la política. Para eso hay que tener el instrumento idóneo para desarrollar esa tarea. Los partidos políticos son los instrumentos aptos y los únicos para poder generar las transformaciones en la sociedad”, aseguró.

“Hay un tercer segmento de la juventud que siguió nuestro discurso, pero ya no dicho por nosotros, sino por una señora que fue presidente hace poco tiempo y ahora pasa a ser vicepresidente. Los radicales hemos sido tan imbéciles a lo largo de la historia, que nos dejamos primero arrebatar las banderas de la justicia social, que nacieron con nosotros. Las principales conquistas del movimiento obrero salieron del gobierno de Yrigoyen, del gobierno de Illia, y el tema de derechos humanos del gobierno de Alfonsín; pero nos dejamos arrebatar esas banderas. De la misma manera nos dejamos arrebatar el discurso, para que se hiciera una cosa totalmente diferente”, lamentó.

“Este último tiempo, ya para sacar la medalla de oro, estamos ante la posibilidad de que también nos roben la bandera de la república y la democracia. Si ya nos permitimos eso, estamos ya no para el psicólogo sino para la internación. Y esto tiene que ver con la continuidad o no de Cambiemos. Tenemos que recuperar visibilidad e individualidad, y recuperar las banderas que fueron quedando tiradas a la vera del camino. Entonces la gente va a volver a entender y ver la existencia de algo que está necesitando, y va a volver a acompañarnos”, concluyó.

 

 

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