Inauguraron en la Antártida el primero de tres laboratorios científicos

Ayer la Argentina inauguró el primero de tres laboratorios enmarcados en la iniciativa interministerial Pampa Azul en la Base Esperanza ubicada en la península antártica y con financiamiento de 300 millones de pesos del Programa Federal “Construir Ciencia”. Con estos nuevos laboratorios se potenciará la investigación científica en la región, haciendo más competitiva la ciencia argentina a nivel nacional e internacional en el contexto del Sistema del Tratado Antártico.

Río Grande.- Este jueves se inauguró el primero de los tres laboratorios Antárticos en la Base Esperanza. Los tres espacios de investigación serán administrados por la Dirección Nacional del Antártico y el Instituto Antártico Argentino y están ubicados en las Bases Antárticas Argentinas Orcadas, San Martín y Esperanza, así como dos refugios.

Con estos nuevos laboratorios se potenciará la investigación científica en la región, haciendo más competitiva la ciencia argentina a nivel nacional e internacional en el contexto del Sistema del Tratado Antártico.

Se espera aumentar en estas bases la cantidad y calidad de las actividades científicas que se desarrollan, aprovechando el potencial diferencial de cada una de las bases, surgido de su ubicación geográfica y sus condiciones locales y ambientales propias.

Cabe recordar que en agosto de 2022 el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, junto a sus pares de Defensa, Jorge Taiana; y de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero, y con la presencia del Subsecretario de Coordinación Institucional del Ministerio de Ciencia y Presidente del Consejo de Administración del Programa PROMAR, Pablo Núñez, firmaron un convenio para la creación de laboratorios antárticos multidisciplinarios en las bases antárticas argentinas.

Para su construcción, la cartera científica destinó 300 millones de pesos en el marco del Programa Federal “Construir Ciencia”. En este sentido, se suscribió un convenio entre el Instituto Antártico Argentino, el Comando Conjunto Antártico y la Fundación General Manuel Savio para iniciar la construcción de los tres laboratorios en la Antártida en las Bases Orcadas, Esperanza y San Martín; y los Refugios Vega y Cerro Nevado, cercanos a la Base Marambio.

Los tres laboratorios contarán con una superficie de 120 metros cuadrados cada uno y fueron construidos íntegramente con material nacional de última generación y altas normas de sustentabilidad. Se instalarán en bases permanentes, lo que permitirá incrementar el desarrollo de proyectos y tareas científicas del Instituto Antártico Argentino (IAA) en el continente. Recordemos que el IAA fue creado en 1951 bajo la presidencia de Juan Domingo Perón con el objetivo fundamental de centralizar la planificación, coordinación y control de las actividades científicas que se realizan en la Antártida.

 

Pampa Azul

 

Pampa Azul es una iniciativa interministerial argentina con foco en la investigación de los ambientes marinos en el Atlántico Sur.

El coordinador del proyecto, explicó los alcances y objetivos. La iniciativa involucra a siete ministerios, y propone un desarrollo productivo, planificado y sustentable, de las riquezas del mar argentino.

Juan Emilio Sala, coordinador ejecutivo del Comité Interministerial para la iniciativa Pampa Azul, e investigador del CONICET, explicó por FM Master’s los alcances del proyecto de estrategia y desarrollo nacional en el mar argentino, el cual es bastante desconocido en la ciudadanía.

Pampa Azul se inicia en 2014, y es una política estratégica nacional que intenta, desde el momento en que lo establece la presidenta de ese entonces, Cristina Fernández, “torcer el rumbo histórico del rol del mar argentino para el desarrollo del país” según definió Sala.

En virtud de que el desarrollo productivo del país en sus 200 años de historia se produjo centralmente en la llamada Pampa Verde, “se entendía en ese entonces y se sigue entendiendo hoy más que nunca, que hay una capacidad de desarrollo tremenda vinculada al mar y que nuestro país tenía un potencial”.

El beneficio que identifica en la iniciativa Pampa Azul es el de integrar las capacidades y conocimientos de siete ministerios con incumbencia directa sobre el mar, “para ponerlos a trabajar de forma conjunta en la potenciación sustentable de todo el desarrollo”.

El objetivo, expuso el científico, es intentar evitar las problemáticas que se produjeron en el desarrollo industrial en el continente, para que no suceda lo mismo en el mar: “empezar una producción que sea ecológica, económica y socialmente sustentable. Esas tres dimensiones de la sustentabilidad en Pampa Azul, se intenta garantizar a través del enfoque científico”, toda vez que es el Ministerio de Ciencias quien coordina las acciones de los ministerios.

Sala trazó tres ejes centrales de la concepción de Pampa Azul. El primero, incrementar el conocimiento científico sobre nuestra costa y nuestro mar abierto “y la importancia de entender nuestro país como un espacio bicontinental, un país con dos continentes, algo sumamente extraño a nivel global”.

El segundo, el desarrollo científico tecnológico, equipamiento que permita monitorear ese mar sin tener que importarlo. Además de potenciar las industrias naval y pesquera.

El último eje es el contracultural: “Argentina culturalmente vivió de espaldas al mar. Eso es algo que hay que torcer si queremos que el mar argentino sea un vector de desarrollo” definió.

El coordinador alguna confusión que persiste respecto de Pampa Azul, su implicancia e importancia. “Necesitamos que la Argentina cuente con el mar argentino como un vector de desarrollo. Para eso hay que diversificar las actividades que allí se desarrollan. Pero es imposible en este momento de la vida del planeta pensar en desarrollar ninguna actividad que no considere al ambiente como parte indisoluble del desarrollo de las sociedades”.

“El sistema capitalista tiende a utilizar al ambiente como un agente externo, que solamente entra en la ecuación económica como proveedor de recursos. Claramente eso caducó, colapsó y el sistema está hoy poniendo en jaque el funcionamiento del planeta, con el cambio climático, la crisis de biodiversidad y demás” conceptualizó respecto del escenario actual.

De tal forma, la propuesta es que “nuestro país toma la delantera respecto de algunos lugares del mundo, entendiendo que puede generar desarrollo, desarrollar capacidades productivas, atendiendo sin dudas a la cuestión ambiental”.

Se trata de cumplir un objetivo de conservación, pero con el método de conservar produciendo: “tenemos que producir y conservar a la vez, y eso se puede hacer”.

En cuanto a los rubros o sectores que puede contemplar Pampa Azul en sus planes de desarrollo, Juan Salas mencionó centralmente “la actividad económica y productiva por antonomasia de nuestro país, claramente la pesca, la industria pesquera”. Al respecto analizó que es una industria que “no genera un gran valor agregado, el 90% de lo que se pesca en el país se va sin valor agregado”, como por ejemplo el calamar que pescamos y muchas veces se va congelado a bordo de los buques. “Ahí podemos pensar en justamente cómo aumentar el valor agregado, aumentar capacidad productiva y puestos de trabajo de alto valor”.

En el mismo ámbito de la pesca, reclamó incorporar “aquellas pesquerías de menor escala que están bastante abandonadas, que son el variado costero, la pesca artesanal, que en muchos países son agentes importantísimos del PBI”, entre los que mencionó a Sudáfrica y Chile.

Finalmente se refirió a la explotación hidrocarburífera off shore, actividad que es habitual en Tierra del Fuego, pero no en otras provincias: “Pampa Azul, desde su nacimiento, tiene como objetivo de largo plazo potenciar y diversificar las actividades productivas en el mar. Si queremos que sea vector de desarrollo, a priori no podemos decir que no a ninguna actividad. Las actividades tienen un costo ambiental que puede ser evaluado, medido y evitado o mitigado”, para lo cual la iniciativa Pampa Azul garantizaría a través de la ciencia y la tecnología nacional y soberana la posibilidad de aprovechar nuestros recursos hidrocarburíferos, “como ya hace 20 años que el 17% del gas que se produce en el país, viene de las plataformas que están enfrente del territorio de ustedes y de Santa Cruz y alimenta las bocas de gas de todo el país” concluyó el experto.

 

Los equipos de TEC, el CONICET y el INIDEP documentarán la expedición científica a las islas Georgias del Sur

 

En el marco de la Iniciativa Pampa Azul los equipos de TEC, CONICET Documental -la productora audiovisual del CONICET- y el INIDEP se encuentran registrando el trabajo de científicas y científicos argentinos en pos de la conservación del área marítima y de una de sus especies de mayor valor comercial.

TEC -la plataforma transmedia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación- junto a CONICET Documental -productora audiovisual del CONICET- y al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) se embarcaron en la coproducción de un nuevo documental sobre la expedición científica a las islas Georgias del Sur que zarpó el pasado 27 de febrero a instancias de la Iniciativa Pampa Azul. La campaña es coordinada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en articulación con las carteras de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Ambiente y Desarrollo Sostenible; Economía; Turismo y Deportes; Defensa; y Seguridad.

El film dará cuenta de la labor de investigadoras e investigadores del CONICET, el INIDEP y el Instituto Antártico Argentino (IAA) a bordo del Buque de Investigación Pesquera Oceanográfica (BIPO) Víctor Angelescu, durante la campaña científica a las islas Georgias de Sur. En la expedición sus protagonistas enfrentarán todo tipo de dificultades climáticas y técnicas para la obtención de datos e información relevante que contribuya a la toma de decisiones sobre el manejo pesquero, en pos de proteger y conservar una de las áreas más valiosas que integra los espacios marítimos argentinos.

Luego de 10 años desde la última expedición, con el objetivo de poner el conocimiento científico al servicio de la soberanía nacional y en el contexto de una disputa internacional por los permisos de pesca de la merluza negra -especie de gran valor comercial en todo el mundo-, la campaña prevé corroborar tallas de captura y realizar diversos estudios ambientales durante casi 40 días en alta mar. El clima hostil, las dificultades del área a cubrir y los tiempos acotados y precisos de la expedición, representan el reto más grande tanto para las científicas y científicos que realizarán las tareas como para los equipos de producción del largometraje.

La campaña se encuentra enteramente financiada con fondos del Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos (PROMAR), un fondo permanente para la financiación de la investigación científico-tecnológica en el Atlántico Sur, que constituye el soporte principal para la implementación de Pampa Azul. Cuenta con la participación del INIDEP, partiendo desde su diseño por profesionales del instituto, la cesión del BIPO Victor Angelescu para la navegación y la colaboración en el guión del documental. También cuenta con el respaldo de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.

 

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