Inmobiliarias celebran la desregulación de alquileres

Con la desregulación de los alquileres, se pondría fin a las condiciones leoninas de los contratos leoninos que se venían celebrando y hasta habría una baja de precios cuando se reacomode el mercado. Son las perspectivas que adelantó el presidente de fiscalización del Colegio de Martilleros, Tasadores y Corredores de Tierra del Fuego, Sergio Arroquy. Las asociaciones de inquilinos ahora cuestionan la derogación de la ley de alquileres, que venían reclamando y, según Arroquy, se van a ver beneficiados por la flexibilización de los requisitos.

Río Grande.- El presidente de fiscalización del Colegio de Martilleros, Tasadores y Corredores de Tierra del Fuego, Sergio Arroquy, analizó los principales aspectos del DNU, puntualmente vinculados con la derogación de la ley de alquileres, y aseguró que va a beneficiar a los inquilinos, que podrán acordar las condiciones del contrato.

“Esto va a flexibilizar mucho la negociación entre propietarios e inquilinos. Va a permitir que los inquilinos tengan mayor capacidad de negociación, porque seguramente esto va a generar un poco más de oferta. Ya hay propietarios dispuestos a poner su propiedad en alquiler con estas condiciones y para el mercado va a ser positivo sin duda”, dijo por FM Master’s.

“Todo lo que significa desregulación para los mercados permite que los operadores del mercado, demandante y oferente, puedan entrar y salir con mayor libertad”, dijo.

Consultado sobre la preocupación de las agrupaciones que nuclean a los inquilinos, que venían pidiendo la derogación de la ley pero ahora la cuestionan expresó que “al contrario de la apreciación que tienen, esto beneficia mayoritariamente a los inquilinos y no a los propietarios, precisamente porque al haber más oferta le va a permitir a los inquilinos tener mayor capacidad de negociación. Hay una parte que tiene que ver con alquileres y otra con créditos hipotecarios, que sin duda va a ser el próximo paso que tiene que dar este gobierno”, anticipó.

Consideró positivo que “se suelte lo que venía presionado”, más allá del shock inicial. “Podemos hablar de un efecto resorte o un efecto péndulo. Cuando se suelta un resorte, tiende a saltar hasta ponerse en su posición. Con el péndulo ocurre lo mismo hasta que se estabiliza en un punto de equilibrio. Con esto va a pasar lo mismo y va a ser rápido, no es que va a demandar años”, aseguró.

 

Cultura de la asfixia

 

Arroquy atribuyó a una cuestión cultural la resistencia de los inquilinos al DNU, en función de años de asfixia de leyes regulatorias con las que presionaba el Estado. “Culturalmente hemos sufrido un gran daño como consumidores en el último tiempo. Teníamos que aceptar que el Estado nos fije las reglas con los precios máximos y qué podíamos comprar. Ahora nos tenemos que reeducar y esto cambia totalmente el comportamiento del mercado. Los consumidores somos dueños de convalidar o no los precios, no los vendedores. El inquilino es el que va a tener que decir que esto no le sirve y que traten de negociar con el propietario. Cuando empiece a haber oferta, los mismos propietarios van a flexibilizar las condiciones para buscar al inquilino. El buen inquilino va a llevar cierta ventaja, porque va a tener poder para hacer flexibilizar al propietario, y esto no lo permitía la ley”, sostuvo.

“Por otra parte, era fácil ser un corredor inmobiliario cuando teníamos que alquilar bajo los parámetros de la ley, porque simplemente se firmaba el contrato y ya está. Ahora cambiaron las reglas y, por más que los propietarios intenten irse al alquiler temporario, no significa que vayan a tener el departamento ocupado. Esto va a permitir hacer una actualización distinta. Muchos inquilinos que se quejan del precio de los alquileres, todavía siguen pagando 50 mil pesos mensuales. Esas personas podrían pagar 250 mil pesos de alquiler, que es lo que correspondería por la vivienda. Si al propietario le quedan 50 mil pesos mensuales, obviamente se va a querer ir a un temporario; pero si se actualizan los precios como corresponde, a valor de mercado, el propietario va a dejar de irse al temporario. Además equipar un temporario cuesta entre dos y tres millones de pesos”, observó.

Insistió en que “es muy buena la desregulación porque permite pactar a las partes. Ya me están entrando muchas unidades en alquiler y yo estoy haciendo búsqueda y captación de inquilinos buenos. Ya he hablado con los propietarios para que, cuando se consigue un inquilino bueno, se puedan flexibilizar las condiciones. Con la ley que fue derogada, había que esperar los tres años de la ley para cambiar un inquilino que no cuidaba la vivienda. Hoy si se quiere poner a prueba un inquilino durante un año, se puede hacer. Esto flexibiliza y hace que haya premios y castigos también”.

Todo lo que había que cumplir para entrar en un alquiler, como la doble garantía, el mes de depósito, puede ser eliminado o flexibilizado por las partes. “Esto significa un gran desafío para nosotros profesionalmente, porque antes teníamos un contrato tipo y no podíamos salir de eso. Hoy los contratos van a ser personalizados y basados en las circunstancias. Hasta se puede poner una cláusula que mantenga el mismo porcentaje del sueldo para el costo del alquiler. Sería una cláusula personalizada para que el inquilino tenga garantía y tranquilidad, porque se va a mantener el mismo porcentaje de su sueldo. Esto beneficia al inquilino y es pro mercado. En el marcado participan las dos partes, comprador y vendedor. La flexibilización beneficia y el desafío que viene después de esto va a ser convertir a los inquilinos en propietarios. Puedo asegurar que en ese momento van a llover las propiedades y los precios van a tender a bajar. La gente va a terminar recuperando poder adquisitivo por el reacomodamiento de precios, como pasó con la carne”, concluyó.

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