Diez mil familias de Río Grande se están alimentando en comedores comunitarios

La Secretaria de Género y Desarrollo Comunitario del Municipio de Río Grande, Ivana Ybars, dio a conocer las últimas cifras de los vecinos que necesitan concurrir a comedores comunitarios porque están en condiciones de extrema vulnerabilidad. La demanda ha crecido y se han sumado trabajadores formales, que alivian una o dos veces por semana el costo de los alimentos. Ya llevan ejecutado el 50% del presupuesto de todo el año, pero la decisión política es reforzar la partida y sostener la ayuda a los más necesitados.

Río Grande.- La secretaria de Género y Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Río Grande, Ivana Ybars, visitó los estudios de Radio Provincia para informar sobre el funcionamiento de los comedores comunitarios de la ciudad, que están dando respuesta a diez mil familias actualmente.

“Se habla de entre 90 y 100 comedores, nosotros tenemos un padrón de 84 comedores a los que acompañamos. Han sido los que hemos podido constatar y tenemos registrados. Entendemos que son espacios que acompañan a la comunidad que más lo necesita, en las zonas más vulnerables. Valoramos mucho el trabajo que se realiza y llevamos un registro y un control, para ir detectando tanto las potencialidades como las dificultades que se dan en el territorio”, indicó al programa ‘Buscando el Equilibrio’.

Del total de comedores, “cerca del 60% se encuentran en la margen sur, el resto está distribuido por la ciudad en menor medida. Están asistiendo cerca de diez mil familias entre todos los comedores y el comportamiento es muy diverso, pero en líneas generales cerca de un 80% de los comedores atienden entre 20 y 40 familias, que pueden tener desde tres integrantes hasta siete, ocho o diez, por lo que nos han informado”, dijo.

“La mayoría de los comedores cocinan entre una y dos veces por semana, y nosotros no hemos dejado de acompañar en ningún momento. Incluso en enero el municipio continuó acompañando a todos los comedores del padrón que teníamos. Nosotros damos productos secos, fideos, harina, arroz; también damos productos frescos como pollo y carne; y además verduras y huevos. Hay un análisis que ha hecho una nutricionista en su momento, y ha dado un pack de verduras, un pack de secos y de esa manera lo estamos trabajando”, explicó.

Respecto de la metodología, dijo que “se hace una distribución a lo largo de las diferentes semanas, porque logísticamente se requiere de vehículos, choferes y personal municipal que tiene que ir a realizar la entrega de la mercadería y controlar lo que se entrega. Semanalmente se van entregando diferentes cosas. Cuando se entregan los productos secos, tratamos de que se entreguen las cosas que hacen falta para la copa de leche. Tratamos de ir combinando y acordando con cada comedor, para que tengan lo que les hace falta para cocinar. También hemos entregado refuerzos, porque la demanda ha aumentado. Ahí apelamos a una corresponsabilidad, porque la seguridad alimentaria en la ciudad no es responsabilidad únicamente del municipio, sino que la comunidad toma la posta y por eso surgen los comedores comunitarios. El Estado provincial, el mercado, las empresas son muy solidarios. Río Grande es una ciudad muy solidaria que acompaña mucho. Hay empresas que no se dedican al rubro alimenticio pero realizan donaciones, también hay vecinos comunes y corrientes que colaboran. Esta corresponsabilidad es fundamental, porque nosotros hacemos un acompañamiento importante pero nada alcanza. La demanda cada vez es mayor. Los comedores tienen un padrón de familias que atienden, hacen su trabajo en sus propias cocinas, con su tiempo y esfuerzo, por eso digo que es muy valorable lo que llevan adelante”, resaltó.

 

Los horarios y la demanda

 

En cuanto a la distribución, indicó que “las copas de leche son por la tarde, prácticamente no se hacen desayunos en la ciudad. Después se entregan viandas tanto en almuerzo como en cena”.

“El aumento de la demanda tiene que ver con mucha gente desempleada que se acerca a pedir y no hablo solamente del empleo en relación de dependencia, sino aquel que vivía de hacer una changa, porque también ha caído muchísimo. La coyuntura nacional es grave e impacta en la ciudad de manera notable. La gente que va a los comedores también se acerca al municipio y se nos ha incrementado la demanda espontánea de familias que se acercan buscando alimentos”, manifestó.

“Nosotros no tenemos ningún tipo de ayuda o subsidio a nivel nacional y a eso se suma la reducción en la obra pública y en servicios de salud”, planteó.

 

Una política pública

 

Más allá del aumento de la demanda, la decisión del municipio es destinar los fondos que sean necesarios para dar respuesta. “Nosotros fusionamos dos áreas, porque el año pasado estaba Desarrollo Social por un lado y la Secretaría de la Mujer por el otro. En términos presupuestarios, el monto que habíamos previsto no va a alcanzar y ya estamos pensando cómo reestructurar la asignación de partidas para poder dar respuesta. Ya estamos en un 50% del presupuesto ejecutado de lo que teníamos para todo el año, y los precios se han triplicado”, sostuvo.

“Existe la decisión política del intendente Martín Pérez de realizar la inversión social que haga falta para sostener a las familias. En ningún momento vamos a decir que se acabó el presupuesto y cerramos las persianas. No es menor esta decisión política, frente a un Estado nacional que se ha corrido dramáticamente y nos coloca en una situación muy compleja. En contrapartida tenemos un Estado local que decide intervenir más si es necesario y estar donde se lo necesite”, valoró.

 

Servicios y alquileres

 

En lo que respecta al pago de servicios, dijo que “lo que se refiere al gas envasado es una competencia provincial y, si es necesario, acompañamos en situaciones extremas. En lo que se refiere al servicio de luz podemos llegar a acompañar para poner al día alguna que otra familia que está en una situación muy compleja. Hay barrios que no tienen agua y nosotros tenemos el servicio de camión cisterna y también estamos apoyando”.

Con respecto a los alquileres, indicó que “claramente hay vecinos que se acercan al municipio y la cantidad aumentó de manera exponencial. Las familias se encuentran en una situación muy compleja para pagar los alquileres, pero nosotros no podemos hacer la cobertura íntegra. A veces acompañamos con un porcentaje para aliviar el bolsillo de la familia. Cuando una familia va a Desarrollo Social pasa por una entrevista con un profesional de trabajo social que hace una evaluación y así se determina en qué podemos acompañar. También acompañamos con las becas que se están entregando para que puedan restar eso de su presupuesto; y acompañamos con la entrega de kits escolares a las familias más vulnerables. Vemos todas las líneas de acción que se pueden llegar a dar dentro del municipio. No siempre se dan dentro de nuestra Secretaría, porque a veces surgen cuestiones de salud que podemos trabajar con el área propia. Tenemos una intervención muy fuerte en la ciudad y eso también alivia, porque hoy las familias se han volcado a la salud pública y fundamentalmente municipal. Los centros de salud del municipio son modelos, están limpios, la gente es bien atendida, están los profesionales que hacen falta”, aseguró.

Además dio cuenta de la entrega de pasajes a las familias que quieren regresar. “No son muchas personas pero hemos asistido a familias para que retornen a sus provincias de origen. Quizás decidieron venir a probar suerte, pensaron que iba a ser otra la realidad, pero no es lo mismo estar en una provincia del norte del país donde el clima es otro, que estar acá con un clima muy hostil”, planteó.

 

Violencia de género

 

En materia de género, afirmó que hay “muchas mujeres que migran hacia la ciudad en compañía de su pareja, se dan situaciones de violencia y quedan muy desprotegidas. Tenemos la Subsecretaría de Mujeres, Género y Diversidad, y está en funcionamiento el Centro Integral de la Mujer, que lleva adelante las políticas de género. También tenemos una defensoría municipal que funciona las 24 horas del día y tiene un número de guardia. Siempre que llama una persona que necesita ser asistida, la va a atender una profesional en trabajo social, en abogacía o en psicología. Eso es algo que no sucede en todos lados. No solamente hemos sostenido las políticas de género sino que las estamos profundizando”, remarcó.

Además de la violencia de género, se atienden “las desigualdades estructurales que tienen las mujeres. Hace poco estuvimos con la Expo Nosotras Podemos, donde fomentamos el trabajo de la autonomía económica de las mujeres, estamos desarrollando políticas de cuidado y trabajamos articuladamente con la Dirección de Empleo. También trabajamos con las mujeres que son emprendedoras, que generan sus propias herramientas de trabajo, y entendemos que las políticas de cuidado son el núcleo duro de la desigualdad que tienen las mujeres cuando tienen infancias a cargo, una persona con discapacidad o un adulto mayor, porque se ven muy limitadas en el desarrollo de su vida”.

 

Crisis en aumento

 

El crecimiento de la demanda de asistencia está lejos de frenarse y para la secretaria “esto recién está comenzando, porque no avizoramos que exista un replanteo a nivel nacional de las políticas. Yo le llamo políticas de crueldad las que está llevando adelante el gobierno nacional, y espero que se pueda trabajar en el Congreso en la derogación del DNU, porque nos está haciendo mucho daño a los ciudadanos argentinos. Es muy complejo el escenario que se viene, pero en el municipio estamos redoblando la tarea, todos los días estamos trabajando para ver de qué manera acompañar y aliviar la carga tan dura que están soportando muchas familias en la ciudad”, expresó.

Respecto del trabajo conjunto con el gobierno, dijo que “con determinadas áreas se trabaja mejor que con otras, pero sobre todo a nivel técnico siempre se enlaza el trabajo”.

Como novedad en este contexto, hay vecinos que requieren de asistencia alimentaria aunque tengan trabajo. “Hoy va a los comedores gente que tiene trabajo, porque no les alcanza, y alivian quizás uno o dos días a la semana. Los salarios han quedado muy deteriorados con esta licuación de los ingresos de los argentinos y la inflación creciente. Es imposible que no nos afecte a todos y todas”, concluyó.

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