El sistema de salud pública de Tierra del Fuego atraviesa uno de los períodos más complejos de los últimos años. Así lo expresó Daniel Romero, referente del Sindicato de Profesionales de la Salud (SIPROSA), donde realizó un diagnóstico profundo sobre la situación actual del sector, el conflicto laboral que continúa vigente y las dificultades crecientes para sostener la atención sanitaria en un contexto económico y político adverso.
Río Grande. – Durante la entrevista, Romero remarcó que el 2025 fue un año marcado por la conflictividad, no solo en el ámbito público sino también en el privado, lo que terminó impactando directamente en los pacientes.
“La salud es una sola, el ciudadano que necesita atención requiere sistemas fortalecidos, y lamentablemente este año no lo estuvo”, afirmó en diálogo con FM Master’s, subrayando que las falencias estructurales terminan siendo sufridas por la población.
Falta de especialistas y condiciones laborales adversas
Uno de los ejes centrales del planteo de SIPROSA es la escasez persistente de profesionales y especialistas, un fenómeno que, según Romero, se “repite cíclicamente pero que se agrava en una provincia aerodependiente como Tierra del Fuego”.
“Hay especialistas que no vienen y otros que se van. Eso tiene que ver directamente con las condiciones laborales”, explicó.
“La dificultad para cubrir cargos, especialmente en áreas críticas, se hace más evidente en determinados momentos del año y pone en tensión el funcionamiento cotidiano del sistema, a esto se suma el aumento sostenido de la demanda, especialmente en la atención primaria, donde los consultorios de demanda espontánea alcanzan rápidamente su cupo diario”.
Preocupación por la reforma laboral a nivel nacional
Romero también expresó una fuerte preocupación por el contexto nacional y por los posibles efectos de una reforma laboral sobre el sector salud. Si bien aclaró que aún se trata de propuestas que deberán atravesar instancias legislativas y eventuales adhesiones provinciales, advirtió que “el escenario es crítico”.
Entre los puntos que generan mayor alarma se “encuentran la ampliación de las jornadas laborales, la modificación del régimen de guardias y la implementación de un banco de horas que elimina la diferenciación entre jornada habitual y trabajo extraordinario”.
En este marco, mantuvo que “nosotros ya tenemos jornadas muy amplias, la salud es un servicio que funciona las 24 horas, todo el año, y las guardias tienen un valor diferencial que con esta reforma se perdería”, sostuvo.
Otro aspecto cuestionado es el cambio en el régimen de vacaciones, que pasaría a quedar bajo decisión del empleador, reduciendo la autonomía del trabajador, para lo cual manifestó que “son temas que venimos analizando y discutiendo internamente porque afectan de lleno a los profesionales asalariados de la salud”, agregó.
Medidas de fuerza y reclamos pendientes
En el plano provincial, Romero confirmó que “los profesionales de la salud continúan con medidas de fuerza, debido a compromisos asumidos por el Ejecutivo que aún no se han concretado, esta situación impide, entre otras cosas, el ingreso a paritarias y la discusión salarial, que el dirigente definió como “una deuda pendiente”.
Actualmente, las medidas se traducen en “dos horas de reunión por turno en Ushuaia y en la atención de un paciente por hora en Río Grande, un esquema que se mantiene vigente desde el inicio del conflicto y que no ha sido modificado durante el año”.
“No queremos resentir la atención ni la accesibilidad, pero tampoco podemos dejar de visibilizar el problema que tenemos en la salud pública”, aclaró.
El reclamo por el agrupamiento profesional
Uno de los puntos centrales de la agenda de SIPROSA es la creación de un agrupamiento específico para los profesionales de la salud, una demanda que se arrastra desde el año pasado y que fue abordada en una mesa técnica sin resultados concretos hasta el momento.
Romero explicó que “si bien el agrupamiento no implica una mejora salarial inmediata, sí representa un cambio estructural clave, dado que nos permitiría estar dentro de la estructura salarial y no bajo un régimen de dedicación exclusiva, eso da previsibilidad y reconoce formalmente la tarea profesional”.
Además, este esquema permitiría ordenar situaciones irregulares, como la de licenciados en enfermería que actualmente son considerados técnicos a pesar de contar con título profesional.
“Se trata de una reestructuración y adecuación al trabajo real y al nivel de formación de cada trabajador”, señaló.
Avances parciales y un sistema al límite
El dirigente sindical reconoció que uno de los pocos avances recientes fue el incremento en el valor de las guardias, que no se actualizaban desde el año pasado. A través de un decreto, se establecieron dos aumentos consecutivos en noviembre y diciembre que suman un 40% acumulativo. Sin embargo, Romero fue claro al señalar que el monto sigue siendo insuficiente si se lo compara con otras provincias del país.
En paralelo, los servicios de salud ya están planificando cómo cubrir las licencias del personal durante el período estival, en un contexto de alta demanda y escasez de recursos humanos. “Es un derecho del trabajador tomarse licencia, pero eso vuelve a poner en evidencia la falta de profesionales”, indicó.
Más demanda por el colapso del sistema privado
Finalmente, Romero advirtió que “la situación se ve agravada por el retiro de prestaciones de OSEF en el sector privado, lo que genera una mayor presión sobre el sistema público”.
“Cada vez que el privado toma una medida, la recarga cae sobre la salud pública y quedamos condicionados”, explicó.
En ese sentido, destacó que “la atención primaria es uno de los ámbitos donde más se siente el impacto, con un incremento notable de consultas y una demanda que supera la capacidad instalada”.
Un llamado a no desatender la salud pública
Para cerrar, Romero remarcó la “importancia de mantener visible la problemática porque la salud pública es fundamental para la provincia. En un territorio aerodependiente como el nuestro, no se la puede dejar de lado”, concluyó.
