“Mientras otros venden humo, nosotros lo apagamos”

Las autoridades nacionales informaron la asistencia enviada a las provincias afectadas por las llamas y detalló los recursos que se transfirieron por ATN. Además hay 15.000 hectáreas afectadas en el Parque Lanín y las condiciones climáticas complican su control. Más de 600 brigadistas trabajan en tierra ante la imposibilidad de operar con medios aéreos.

Buenos Aires.- Luego de las críticas que recibió por parte de la oposición en medio de los intensos incendios en la Patagonia y en otras regiones de la Argentina, el Gobierno salió este domingo a defender su gestión en la lucha contra esos focos y aseguró que se envió asistencia material y aportes del Tesoro para las zonas afectadas.

A través de diferentes mensajes que publicaron en sus cuentas de X, los principales funcionarios nacionales que intervienen en el tema destacaron las tareas que vienen realizando para tratar de apagar las llamas.

Uno de ellos fue el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien sostuvo que desde la administración libertaria se está “trabajando en conjunto con las provincias afectadas”, que son Corrientes, Chubut, Río Negro, Córdoba, Neuquén y Catamarca.

El funcionario detalló que se está cooperando “con recursos propios y otros convocados por el Sistema Federal de Manejo del Fuego y de la Administración de Parques Nacionales”.

“Los recursos desplegados en la Patagonia consisten en 9 aviones, 10 helicópteros, 4 autobombas forestales, 5 pick ups, 4 camiones dormitorios, 61 brigadistas del SNMF, 15 brigadistas de la PFA, 22 brigadistas de Córdoba, coordinadores regionales, pilotos y equipos de apoyo terrestre para los pilotos. Además, se destinaron 7000 millones de pesos en concepto de Adelanto del Tesoro Nacional a la provincia de Chubut y 5000 millones de pesos a Río Negro para la reconstrucción de viviendas», remarcó.

Además, Francos remarcó que, “gracias a la inmediatez de ARCA, se ingresó al país equipamiento obtenido a través de la Fundación Patagonia: equipos completos de ropa ignífuga para 100 brigadistas adicionales y 22 motobombas Mark 3 (canadienses) con accesorios de Chile».

En este sentido, precisó que “en la provincia de Corrientes se desplegaron 2 aviones, un helicóptero, 33 brigadistas del SNMF y un coordinador aéreo”, mientras que a Catamarca “se destinó una autobomba SCAM AR 015 del SNMF” y a La Pampa, un avión.

“Muchos de estos incendios se producen por acción intencional o a causa de descuidos humanos, lo que complejiza aún más su control. Algunos de sus autores han sido detenidos y puestos a disposición de la Justicia. Continuamos avanzando en los trabajos de inteligencia necesarios para identificar a los responsables y prevenir estas acciones. Seguimos trabajando para asistir a las jurisdicciones afectadas y reforzar las tareas de combate del fuego», cerró.

Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, compartió en las redes sociales un video de un helicóptero hidrante trabajando en la zona y un texto titulado “la verdad de las cosas”.

“Desde el primer día, este Gobierno se comprometió con hechos, no con discursos vacíos. En la Patagonia y en todo el territorio, estamos desplegando aviones hidrantes, helicópteros, brigadistas, vehículos y equipos técnicos para frenar los incendios”, indicó.

Al respecto, señaló que en Río Negro, Chubut, Neuquén, Corrientes, Catamarca y La Pampa se encuentran “cientos de brigadistas y medios de nuestro Servicio Nacional de Manejo del Fuego en acción”.

“Con destreza y valentía están dando una verdadera guerra sin cuartel contra este infierno. Mientras algunos se suben al escenario a vender humo, nosotros lo apagamos”, exclamó.

Asimismo, su par de Defensa, Luis Petri, reposteó un mensaje de la cartera que conduce, en el que se informa que el Ejército está cumpliendo diferentes tareas en la ciudad de El Bolsón, “brindando apoyo a los brigadistas provinciales y federales”.

«Ahora, con el despliegue del 2° escalón de apoyo, las Fuerzas Armadas intensifican la lucha contra el fuego en la región. Desde el Regimiento de Caballería de Exploración 3 se está proporcionando alojamiento de campaña en la zona de trabajo, elaborando raciones diarias en refugio de media altura y dando apoyo de transporte terrestre a los brigadistas», explicó.

Por último, contó que “también se está clasificando y distribuyendo el material donado, un aporte fundamental que realiza la comunidad con gran esfuerzo”.

“Desde el Escuadrón de Exploración y Ataque 602 se está realizando el traslado aéreo de brigadistas a las zonas de primera línea de fuego con un helicóptero UH-1H en acción”, cerró.

 

 

Neuquén también sufre por los incendios

 

 

Con ráfagas de viento superiores a 95 kilómetros por hora, las llamas siguen avanzando sin control. Más de 600 brigadistas trabajan en tierra ante la imposibilidad de operar con medios aéreos. Hay 15.000 hectáreas afectadas en el Parque Lanín y las condiciones climáticas complican su control.

Mientras el principal foco de atención está puesto en lo que ocurre en Chubut y Río Negro, la provincia de Neuquén también sufre por las llamas: el incendio que azota al Parque Nacional Lanín se ha convertido en uno de los más devastadores registrados en la región en los últimos años. En las últimas 24 horas, el fuego arrasó con 15.000 hectáreas, afectando la biodiversidad del bosque y poniendo en riesgo a las comunidades cercanas. La situación se torna crítica debido a las adversas condiciones climáticas, que impiden el accionar de los medios aéreos y dificultan la labor de los brigadistas en tierra.

El humo denso que cubre el parque y las fuertes ráfagas de viento que superan los 95 kilómetros por hora han generado un escenario de extrema dificultad para el combate de las llamas. Mientras tanto, los esfuerzos de más de 600 personas, entre brigadistas, bomberos y personal logístico, se centran en frenar la expansión del incendio. Sin embargo, la falta de visibilidad ha obligado a suspender las operaciones aéreas, dejando la contención del fuego exclusivamente en manos de quienes trabajan desde tierra.

La emergencia ha llevado a la evacuación de varias familias en la comunidad Chiquilihuin, mientras que el Gobierno provincial ha desplegado recursos adicionales para asistir a los damnificados. La situación sigue evolucionando de manera incierta, y las autoridades advierten que el incendio podría seguir expandiéndose en los próximos días si no mejoran las condiciones meteorológicas.

Desde el último día de enero, el fuego ha devorado miles de hectáreas en el Parque Nacional Lanín, afectando a su rica vegetación y fauna. A pesar de los esfuerzos de brigadistas y voluntarios, la expansión de las llamas no ha podido ser contenida debido a la combinación de altas temperaturas, baja humedad y fuertes vientos.

 

Clima adverso y recursos limitados

 

Por otra parte, el Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta amarilla por fuertes vientos para este lunes en Neuquén y Río Negro, con ráfagas que podrían superar los 95 kilómetros por hora. Este fenómeno meteorológico representa un doble desafío: acelera el avance del fuego y, al mismo tiempo, impide el uso de aeronaves hidrantes y helicópteros debido a la reducida visibilidad y la turbulencia generada por el humo.

En tierra, brigadistas y bomberos trabajan incansablemente, utilizando herramientas manuales, líneas de agua y maquinaria pesada para frenar el avance de las llamas. Además, se han desplegado drones para monitorear la propagación del fuego y determinar las áreas de mayor riesgo. Sin embargo, las condiciones adversas han limitado significativamente la efectividad de estas estrategias.

La propagación del incendio ha obligado a las autoridades a evacuar a 45 personas de la comunidad Chiquilihuin, quienes fueron trasladadas a Junín de los Andes. Para aquellos que no contaban con redes familiares, el municipio habilitó un albergue temporal. Además, diversas organizaciones civiles y vecinos han mostrado su solidaridad mediante donaciones y asistencia a los evacuados.

Debido al riesgo extremo, se han cerrado varios accesos a la zona afectada. La Ruta Provincial 60 se encuentra bloqueada desde el ingreso a la comunidad Chiquilihuin hasta el Paso Fronterizo Mamuil Malal, que también permanece inhabilitado. Asimismo, las autoridades han prohibido el acceso al área Tromen, una de las más afectadas por el fuego.

A pesar de la magnitud del incendio, los equipos de emergencia continúan implementando estrategias para contenerlo. Desde el Comando Unificado, se han sumado 100 bomberos especializados provenientes de Córdoba, La Pampa y Santa Fe para reforzar las tareas de combate. Además, se han destinado aviones hidrantes, helicópteros y camiones dormitorios, aunque su utilización sigue sujeta a la mejora de las condiciones climáticas.

Mientras tanto, las autoridades han instado a la población a mantenerse informada a través de los canales oficiales y a evitar actividades al aire libre en las zonas cercanas al incendio.

 

 

Los incendios forestales pueden aumentar las tasas de ataques cardíacos y muertes

 

En el marco de los incendios forestales, un trabajo planteó los efectos en la salud cardiovascular por la exposición al humo y cómo pueden variar según la región.

Un nuevo análisis sobre los incendios forestales de California concluye que las disparidades en los efectos cardiovasculares de diferentes incendios requieren un estudio más profundo, especialmente en relación con el cambio climático y la salud pública

Con Los Ángeles todavía tambaleándose por los devastadores incendios de Palisades y Eaton, un nuevo informe sobre los incendios de California de años anteriores encuentra que el daño en los corazones de los supervivientes puede ser grave. Sin embargo, el estudio también encontró que los efectos cardiovasculares de la exposición al humo varían ampliamente entre incendios.

Por ejemplo, las personas afectadas por los incendios del Complejo Mendocino, un grupo de incendios forestales que ardieron durante más de tres meses en 2018 en el norte de California, mostraron grandes aumentos ese año en las tasas de ataques cardiacos, insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular y muerte cardiovascular.

 

En contraste, los supervivientes que respiraron el aire contaminado del incendio Camp, un incendio de 2018 que sigue siendo el incendio forestal más mortífero y destructivo en la historia de California, no mostraron un aumento en el riesgo ese año de crisis de salud relacionadas con el corazón o de muerte, encontró el nuevo análisis.

El motivo de las discrepancias sigue sin estar claro, según un equipo dirigido por Stacey Alexeeff, científica investigadora y bioestadística de la División de Investigación del Norte de California de Kaiser Permanente en Pleasanton, California.

“Con el cambio climático en curso, los grandes incendios forestales son un problema apremiante de salud pública, y se necesita trabajo futuro para comprender las diferencias entre los incendios forestales”, concluyó su equipo. El nuevo estudio observó datos de salud seleccionados de los expedientes médicos de más de 3.2 millones de adultos inscritos en el sistema de salud de Kaiser Permanente del Norte de California.

El equipo de Alexeeff encontró que las personas expuestas a un “alto nivel de partículas finas” de los incendios del Complejo Mendocino en julio y agosto de 2018 tenían un 23 por ciento más de probabilidades ese año de “eventos cardiovasculares”. Estos eventos incluyeron muerte relacionada con el corazón y hospitalización por ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular.

Las personas con tales exposiciones a los incendios del Complejo Mendocino tenían unas probabilidades casi un 36 por ciento más altas de muerte cardiaca, específicamente, durante 2018, también encontró el equipo. Sin embargo, “en contraste, no hubo evidencias de un aumento en el riesgo durante el incendio forestal de Camp”, anotaron los investigadores.

¿Por qué los riesgos serían diferentes para los dos grandes incendios forestales? La duración de los incendios varió mucho, anotaron Alexeeff y sus colegas. “El Complejo Mendocino y otros incendios estuvieron activos durante casi 2 meses, con humo en el aire durante 26 a 51 días, dependiendo del condado”, señalaron. “El incendio Camp se contuvo más rápidamente, con humo en el aire durante 11 a 15 días, dependiendo del condado”.

También hubo mensajes muy fuertes para advertir a las personas que vivían cerca de la fogata Camp de los peligros para la salud, y se implementaron medidas para limitar la exposición de las personas al humo tóxico, anotaron los investigadores. “Durante el incendio Camp, muchas escuelas cerraron, se cancelaron los eventos al aire libre, y las autoridades de salud instaron a los residentes a permanecer en el interior o usar máscaras N95 cuando no podían evitar salir de sus casas”, señalaron los autores del estudio.

El equipo de Alexeeff anotó que los tipos de materiales que se quemaron (y las toxinas resultantes) también podrían haber diferido entre los dos incendios, lo que plantea diferentes riesgos a largo plazo para la salud.

Cualesquiera que sean los motivos, “se necesita trabajo futuro para examinar formalmente cómo la salud pública y las acciones de protección individual podrían afectar a las exposiciones y los resultados [de salud] de los individuos durante los incendios forestales”, concluyeron los investigadores.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 5 de febrero de la revista Journal of the American Heart Association.

 

 

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